LOS HILOS

La gente afuera está más espantada que nunca. Se preocupan, corren de ida y de regreso. No saben que hacer. Confían toda su vida a un pequeño pedazo de tela llamado cubrebocas. Creen y dejan de creer en cuestión de segundos.

La gente adentro está más espantada que nunca. Se preocupan, corren de ida y de regreso. No saben que hacer. Confían su vida a un pequeño pedazo de tela llamado cubrebocas. Creen y dejan de creer en cuestión de segundos.

Siento que es como una mala secuela de una mala película. Como uno de esos malos sueños de los que te alivia despertar y saber que estabas soñando. Sé que no. Que al menos ahora hay mucha gente sufriendo y que no se puede hacer otra cosa más que cruzar los dedos y pensar que esto se solucionará pronto. Que los hilos del destino no jugarán para mal.