MIMO
A veces cuando uno cree que nada puede ser peor, algo sucede y cambia nuestra perspectiva de las cosas. Una ventanita que parecía invisible se abre y entonces, entra el aire. Aire que te deja respirar de nuevo. Qué importa si los demás no lo entienden y qué importa si las decisiones son arriesgadas, tener las opciones es la mayor riqueza.
Ayer, caminando por el Centro Histórico me encontré con uno de esos mimos que se hacen pasar por estatuas vivientes. Tenía una caja morada con un letrero que decía 'Destino' y cientos de papelitos doblados dentro. A cambio de una moneda me dio un papelito. "Deja a un lado la mala vibra y pide fuerza para vivir tu presente", decía el dichoso papelito. ¿Curioso?, sí, qué curioso que a veces un extraño vestido de morado sea quien te aterriza.